Ciberseguridad: ¿cuál es el costo de no invertir en ella?

Es común que muchos emprendedores se dejen llevar por la falsa sensación de seguridad, creyendo que “esto nunca nos va a pasar”. Esta percepción, sin embargo, puede ser peligrosa. Cuando la empresa no está preparada, un eventual ciberataque puede terminar costando mucho más de lo que se piensa.

El número de invasiones electrónicas aumenta con frecuencia, y las consecuencias para aquellos que no se preparan son a menudo bastante graves. Ignorar la protección digital no solo compromete los datos y los procesos, sino que también pone en peligro la reputación de la organización construida durante años de trabajo.

Por lo tanto, al contrario de lo que muchos piensan, invertir en ciberseguridad está lejos de ser una exageración o un problema financiero: es una forma inteligente de evitar dolores de cabeza en el futuro.

¿Quieres comprender mejor cómo hacer esta inversión? ¡Continúa leyendo!

¿Qué puede causar un ataque?

Como se muestra en un informe de IBM, en 2024 hubo en Brasil un crecimiento del 9% en comparación con el año anterior relacionado con el costo promedio de las violaciones de datos. El sector salud fue el más impactado, con un total de más de R$ 10 millones, en promedio.

Además, el estudio mostró que el principal vector de ataques es el phishing, que representa el 16% de los casos, con un costo promedio de más de R$ 7 millones, seguido por el factor de contraseñas comprometidas y errores de configuración en la nube, ambos con un 15%.

Las cifras van desde la pérdida de ingresos hasta los gastos de recuperación, multas regulatorias y procesos judiciales. Y esto sin considerar los efectos más difíciles de medir, como el daño a la reputación, la confianza del público o la exposición de información estratégica.

Por lo tanto, las organizaciones que creen que “solo las grandes corporaciones están en el punto de mira” son tomadas por sorpresa. Las pequeñas y medianas empresas se encuentran entre los principales focos de las amenazas digitales, precisamente porque tienen menos barreras digitales.
 

Cómo proteger tu negocio estratégicamente

Ante este escenario, pensar en soluciones de seguridad digital va mucho más allá de la adquisición de herramientas tecnológicas. Una de las formas más eficaces es centrarse en la preparación continua de los equipos. Pero, ¿cómo?

• Invertir en campañas educativas y capacitaciones periódicas fortalece la postura defensiva de la organización;
• Realizar simulaciones de phishing es una forma efectiva de aumentar la atención de los colaboradores a las amenazas reales.

Al capacitar al equipo, la organización deja de tratar al ser humano como un punto frágil y comienza a verlo como parte de la estrategia defensiva.

Por qué la capacitación no es un costo, sino una protección

Ver a las capacitaciones como un “gasto” es un error común. De hecho, estos programas generalmente representan una pequeña parte de los recursos, en comparación con lo que se pierde en un ataque real. 

Además, los equipos capacitados responden con más agilidad y asertividad ante situaciones críticas, lo que reduce los impactos y acelera la recuperación.

Históricamente, el comportamiento humano siempre se ha señalado como el eslabón más débil en la seguridad de la información. Sin embargo, esto está cambiando. Hoy en día, los profesionales bien educados y con conocimientos son capaces de identificar señales de incidentes más rápido que los sistemas automatizados. 

La preparación continua ofrece exactamente este diferencial: personas más atentas y capaces de actuar correctamente ante los riesgos digitales.

Dejar la ciberseguridad en segundo plano es una decisión que tarde o temprano pasa factura. Al evaluar el costo de una invasión en todas sus dimensiones –financiera, reputacional y operativa – queda claro que actuar antes siempre es más económico que remediar después.

Las acciones de capacitación y concientización ya no son opcionales, ya que representan una forma efectiva de proteger a la empresa contra amenazas cada vez más sofisticadas. Al invertir en las personas, las organizaciones no solo reducen el riesgo, sino que también construyen una base más sólida para un crecimiento seguro.