Ciberseguridad

Amenazas internas: ¿qué son y cómo prevenirlas en el entorno corporativo?

Cuando hablamos de seguridad de la información, la atención se centra únicamente en las amenazas externas, como los cibercriminales, las estafas digitales o el malware que circulan por internet.

By: Hacker Rangers
Ameacas internas

Cuando hablamos de seguridad de la información, la atención se centra únicamente en las amenazas externas, como los cibercriminales, las estafas digitales o el malware que circulan por internet. 

Sin embargo, dentro de las propias organizaciones, también existen situaciones capaces de poner en peligro datos confidenciales y procesos corporativos. Estas ocurrencias se conocen como amenazas internas y, aunque son más silenciosas, tienen un impacto significativo.

Por lo tanto, identificar que la amenaza no proviene solo del exterior es el primer paso para proteger a la empresa de manera más completa. ¿Quieres saber cómo mitigar estos peligros para alejar a tu organización de ellos? ¡Sigue la lectura!

¿Qué son las amenazas internas?

Las amenazas internas ocurren cuando los colaboradores de la empresa, con acceso legítimo a los sistemas y la información, actúan de manera que ponen en peligro la ciberseguridad. 

Sin embargo, estos actos no siempre son intencionales. A veces, un pequeño descuido puede dar lugar a grandes pérdidas.

Es posible dividir estas amenazas en dos tipos principales: 

  • Accidentales: Ocurre cuando alguien comete un error, como enviar un e-mail con datos confidenciales al destinatario incorrecto o usar credenciales débiles. 
  • Maliciosas: Implica medidas conscientes, como copiar registros confidenciales para su propio uso o transmitirlos a terceros.

¿Cómo identificar conductas de riesgo?

Entre las señales que merecen atención se encuentran actitudes como compartir contraseñas, usar dispositivos personales no autorizados y almacenar archivos de la empresa en plataformas externas. 

Otra situación común abarca la curiosidad indebida. Por ejemplo, un colaborador que intenta acceder a carpetas o programas que no forman parte de sus actividades demuestra un comportamiento inapropiado. 

Es decir, las pequeñas prácticas rutinarias pueden favorecer lagunas que pasan desapercibidas. La vigilancia debe ser discreta pero constante, siempre con la cultura del cuidado colectivo en primer lugar.

¿Qué puedes hacer para evitar las amenazas internas?

Una de las formas más efectivas de evitar riesgos internos en el lugar de trabajo es prestar siempre atención a las buenas prácticas de seguridad digital. En este contexto, existen soluciones que hacen que este aprendizaje sea más ligero e interesante, a través de desafíos prácticos, contenidos sencillos y recompensas por actitudes correctas. 

La prevención de amenazas internas también implica medidas sencillas y eficaces en la vida diaria como:

  • Prestar siempre atención a la importancia de la seguridad digital en tu trabajo diario;
  • Participar en capacitaciones y aprovechar la oportunidad para hacer preguntas sobre cómo protegerte en línea;
  • Utilizar contraseñas seguras y nunca compartirlas con otras personas;
  • Utilizar los dispositivos y plataformas de la empresa de manera responsable;
  • Evitar almacenar archivos importantes de forma desorganizada o fuera de los sistemas indicados;
  • Comprender el porqué de las reglas de seguridad: están ahí para protegerte a ti y a la empresa;
  • Si notas algo extraño, como un e-mail sospechoso o un comportamiento inusual, repórtalo inmediatamente al equipo responsable.

¿Cómo hacer frente a las situaciones sospechosas?

Cuando alguien nota un comportamiento anormal, lo ideal es comunicar el área responsable de la seguridad de la información o seguir los canales oficiales de la organización. No se debe ignorar ninguna sospecha, incluso si parece algo habitual.

La creación de este escenario de confianza y responsabilidad mutua hace que todos participen en la protección de los datos. Y cuantas más personas estén involucradas en ese cuidado, menor será el margen para errores o accesos indebidos.

Contrariamente a lo que muchos piensan, las amenazas internas no se limitan a grandes escándalos o acciones criminales. A menudo se manifiestan en las tareas cotidianas, ya sea por falta de atención, falta de información o decisiones mal pensadas. Por lo tanto, cuanto más informado esté el equipo, mayores serán las posibilidades de evitar daños.

La prevención siempre es más efectiva que la cura. Invertir en concientización, reconocer señales de alerta y reforzar el papel de cada persona en la seguridad de la información transforma el escenario institucional en un espacio más protegido y preparado. Después de todo, cuando la responsabilidad es colectiva, todo el equipo gana.

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