Estafas

¿Cómo funciona el fraude del Estudiante Fantasma?

En los últimos años, un tipo de fraude ha preocupado a universidades y organismos de seguridad. Se trata del fraude del Estudiante Fantasma.

By: Hacker Rangers
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En los últimos años, un tipo de fraude ha preocupado a universidades y organismos de seguridad. Se trata del fraude del Estudiante Fantasma, que ocurre principalmente en Estados Unidos y muestra cómo los datos mal protegidos pueden facilitar esquemas sofisticados.
Con identidades falsas o robadas, los ciberdelincuentes logran inscribirse en cursos, recibir ayudas estudiantiles y causar daños significativos. Por eso, entender cómo funciona este fraude e implementar acciones de prevención es un paso imprescindible para reforzar la seguridad y evitar problemas futuros.

¿Cómo funciona la estafa?

El fraude del Estudiante Fantasma se basa en la combinación de ingeniería social y fallos en los sistemas de autenticación de las instituciones educativas. Comienza cuando los delincuentes obtienen datos personales de estudiantes reales, tales como:

  • Nombre;
  • E-mail institucional;
  • Número de matrícula;
  • Historial académico.

Esta información se captura a través de filtraciones de bases de datos, ataques de phishing, invasiones a sistemas universitarios o incluso por la exposición descuidada de datos en redes sociales y grupos de estudio.
Con los datos en mano, los estafadores crean identidades falsas a nombre de los estudiantes o alteran registros ya existentes.
In many cases, they use automated tools or digitally forged documents to fill out enrollment forms, request financial aid, scholarships, or other student benefits provided by public and private programs.

El fraude se vuelve viable porque parte de las instituciones todavía cuenta con procesos de verificación de datos poco robustos. Muchos sistemas de inscripción, especialmente los que otorgan ayudas de forma online, están automatizados y no exigen una verificación de identidad presencial o en tiempo real.
Esto permite que los delincuentes actúen sin despertar sospechas hasta que se detectan inconsistencias; algo que, en la práctica, puede tardar semanas o meses. Durante este periodo, los valores se liberan y se desvían rápidamente a cuentas de terceros.

Así, este fraude se asemeja a un “clon académico”: los criminales asumen digitalmente la identidad de alguien ya matriculado, explotando brechas en los sistemas de autenticación y control para obtener ganancias financieras de manera casi invisible.

¿Cómo protegerte del fraude?

Existen formas prácticas de reducir el riesgo de este tipo de fraude, como la verificación de documentos originales y el monitoreo de cambios sospechosos. Estas acciones ayudan a identificar intentos de engaño.Veamos otras medidas de protección:

  • Tratamiento seguro de datos: proteger la información personal dificulta la obtención de material usado en fraudes de identidad. Limitar el acceso a datos sensibles, adoptar políticas de minimización y almacenar información en repositorios cifrados reduce las posibilidades de filtración.

  • Autenticación multifactor (MFA): agregar una segunda forma de verificación dificulta que un invasor acceda a cuentas usando solo una contraseña. En el portal de matrícula, por ejemplo, solicitar un código del aplicativo autenticador antes de permitir cambios de registro es una buena práctica.

  • Entrenamiento contra ingeniería social: capacitar a equipos y alumnos disminuye el éxito de ataques que dependen de manipular a las personas. Se pueden realizar simulaciones para que los colaboradores estén preparados en caso de un incidente real.

Beneficios de protegerse de estos ataques

Al fortalecer los procesos de verificación, aplicar la autenticación multifactor y capacitar al personal, las organizaciones reducen la posibilidad de liberar beneficios indebidos y evitan pérdidas financieras. La detección temprana de actividades sospechosas también permite actuar rápidamente, evitando investigaciones prolongadas.
Además, los criterios de seguridad fortalecen la credibilidad de la institución y aumentan la confianza de alumnos, socios y organismos de control. Al dificultar la acción de ciberdelincuentes y combatir técnicas de ingeniería social, la organización protege registros sensibles, reduce riesgos legales y preserva su imagen pública.

El fraude del Estudiante Fantasma evidencia cómo las estafas pueden ocurrir sin la necesidad de ataques complejos. La combinación de falsificación digital y manipulación social crea oportunidades para que los delincuentes obtengan ventajas indebidas y causen daños financieros.
Al conocer cómo funciona el fraude y adoptar medidas preventivas, las instituciones y los equipos de tecnología pueden reforzar sus barreras de seguridad y protegerse. La información es una aliada fundamental para reducir riesgos y evitar daños.

¿Te gustó el contenido? Entonces no dejes de consultar nuestro material sobre el fraude de la selfie y cómo actúan los ciberdelincuentes.

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